La lucha de una familia que cambió la historia de la comarca.
La D.O. Ribera del Duero cumple 40 años de una amable conjunción de bodegas y viñedos cargados de historia, de trabajo bien hecho y de ideas revolucionarias que han conseguido cambiar el panorama enológico de nuestro país. Los proyectos más conservadores, los más innovadores, los más comerciales… han hecho posible que en la actualidad este territorio pueda ofrecer una insólita variedad y calidad de vinos.
Con los principios de viticultura sostenible y variedad tradicionales, Bodegas Hnos. Pérez Pascuas, marcó un antes y un después, abrió camino creando una marca de calidad, en un momento histórico de vital trascendencia para el desarrollo de la comarca. Viña Pedrosa se convirtió en la inspiración de muchos. Creativos y perseverantes, los hermanos Pérez Pascuas buscaron el desarrollo del medio rural como base de su proyecto de vida. La huella de la familia Pérez Pascuas durante aquellos años de constitución del Consejo Regulador fue tan fuerte, que la consecuencia natural de su legado ha sido la pujanza de una región marcada por el talante innovador.
Desde el Fuero de Sepúlveda en 1143 y las Ordenanzas de Vendimia de 1925 concedidas por Dña. Violante a los viticultores de la Comunidad de Villa y Tierra de Roa, esta comarca no se había visto apoyada por normas de trabajo tan positivas y útiles como las que generó la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero en 1982. Surgió así un marco que favoreció a todos sus habitantes y cuya influencia beneficiosa se sigue extendiendo con el paso de los años.
Al igual que Viña Pedrosa, bodega fundacional de la D.O. Ribera del Duero, otras 10 iniciativas empresariales, sumaron esfuerzos y consiguieron cambiar de forma positiva las condiciones socioeconómicas de la zona. Los hermanos Pérez Pascuas cuestionados y criticados al principio, pasaron a ser elogiados y seguidos por viticultores y bodegueros.
“Convencidos del enorme potencial de nuestro viñedo familiar decidimos poner en marcha un ilusionante proyecto vitivinícola cuando nuestros paisanos arrancaban y vendían parcelas de viñedo, abandonando la comarca en busca de un futuro mejor en las grandes ciudades. Cuando tomamos la decisión de fundar nuestra propia bodega, en el año 1980, con el objetivo de elaborar un vino de máxima calidad; todavía no existía la Denominación de Origen pero fuimos capaces de posicionar nuestra comarca, dentro y fuera de nuestro país, como sinónimo de excelencia en la elaboración de vinos. Nosotros siempre creímos en las inmejorables posibilidades que ofrecía nuestra región para producir uva de calidad y elaborar grandes vinos. Nuestro compromiso con la tierra que nos vio nacer para hacer de ella un territorio próspero donde se puedan materializar proyectos empresariales que llenen de vida el medio rural, ha marcado nuestro trabajo a lo largo de los años. Como bodegueros fundadores en la Ribera del Duero, hemos ayudado de forma altruista e incansable a todos aquellos que nos han pedido consejo y asesoramiento. A día de hoy, estamos orgullosos del desarrollo que ha experimentado la D.O. y muy satisfechos al ver que el esfuerzo, el sacrificio y la lucha por defender nuestra tierra ha merecido la pena,” afirman Manuel y Adolfo Pérez Pascuas.