Viña Pedrosa ha aplicado programas de I+D+i por 800.000 euros en cinco años.

 Bodegas Hnos. Pérez Pascuas fue a inicios de los años 80 una de las cinco bodegas pioneras en la constitución de la D.O. Ribera del Duero, cuando casi todo estaba en contra del vino. Mientras muchos viticultores acarreaban remolques de cepas arrancadas por falta de futuro, los hermanos Pérez Pascuas metían plantones e iban sumando hectáreas a los majuelos de la familia. Luego llegaron a la zona las inversiones millonarias, las macrobodegas, los nuevos ricos de otros sectores, los famosos y también los fracasos y la venta masiva de bodegas.

Hoy, a la sombra del consejo, funcionan más de 300 bodegas.

En medio de tanto crecimiento, los hermanos Pérez Pascuas, con la bodega Viña Pedrosa, se han mantenido en sus principios: su tamaño pequeño, solo 550.000 botellas procedentes de sus 140 hectáreas de viñedo, con dominio de cepas de tempranillo de entre 15 y 40 años, y sobre todo tratando de ser igualmente pioneros en la innovación, trabajando permanentemente en programas de investigación para mejorar los vinos tintos, descubrir nuevos secretos desde la producción de la uva hasta la elaboración del vino. En ello han invertido unos 800.000 euros en los últimos cinco años.

 Un primer programa de investigación en el campo se ha centrado en un viñedo experimental con 18 variables diferentes, en el que se comparan las aptitudes de tres variedades de uva (tempranillo, cabernet y merlot) con tres portainjertos distintos dispuestos en dos sistemas de conducción ( vaso y espaldera ).

 El segundo programa de investigación se ha centrado en el estudio del vino en relación con el cambio climático. Para ello se ha trabajado en una parcela situada a 844 metros de altitud. Se han analizado los efectos del aumento de las temperaturas, el adelanto de las fechas de vendimia y maduración, y sus implicaciones sobre la uva con una mayor graduación alcohólica y menor acidez.

 El tercer estudio que ha realizado la bodega en materia vitícola versa sobre el impacto de la edad de los viñedos en la calidad de las producciones de uva y de vino.

 Ya con la uva en bodega, las investigaciones han seguido otros tres proyectos: uno relativo a la oxigenación del mosto en el proceso de fermentación; otro sobre nuevas técnicas para mejorar el color del vinos tintos, y finalmente el estudio de la aplicación de agua ozonizada en el lavado de los toneles para eliminar toda contaminación.

 El vino, decían los viejos del lugar, aparte de buenas uvas, solo requiere agua. Limpieza. Eran otros tiempos. Ahora además de agua, el vino mejora con la inversión en I+D+i .

 A pesar de las dificultades que suponen para las pymes los mercados exteriores, hoy la bodega exporta el 45% de su producción a 35 países. Destacan mercados maduros como EEUU, Suiza, Alemania, los países nórdicos, Reino Unido, México o países del Caribe, a los que se suman otros emergentes, especialmente Rusia y China, que en un periodo de sólo cinco años ya suponen el 15% de las ventas de Viña Pedrosa en el exterior. Aún en tiempos de crisis, el conjunto de las exportaciones de la bodega se realiza a un precio medio de 18 euros/botella.

“Esta estrategia de venta de vinos caros que ganan mercados año tras año” señala José Manuel Pérez Ovejas, enólogo de la bodega, “ sólo se puede hacer si se ofrece y se mantiene en el tiempo una política de máxima calidad”.

 

Vidal Maté. El País, domingo 15 de enero de 2014.

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